UNA ROSA MAMBISA
El 25 de septiembre
de 1907, hace hoy 105 años, falleció en Camagüey la combatiente del Ejército
Libertador y de las dos guerras por nuestra independencia, con sus grados de
Capitana, Rosa Castellanos Castellanos, conocida como Rosa la Bayamesa.
Su nombre completo
era Rosa María Castellanos Castellanos, quien nació esclava en 1834, en las
afueras de Bayamo, y logró la libertad en 1868.
Con el estallido de
la guerra, el 10 de octubre de 1868, se internó en la sierra de Guisa, en la
ranchería de la Manteca.
Allí desempeñó un papel decisivo en el abastecimiento
de alimentos a las fuerzas mambisas, y en la atención a los heridos en campaña.
Posteriormente se
hizo hábil como enfermera, organizó hospitales de campaña, y en 1870 también
empuñó el machete. Fue muy perseguida
por las tropas españolas, y se vio precisada a marchar a Camagüey en 1871,
internándose en la sierra de Najasa, para curar a los heridos insurrectos.
Rosa, a quien
conocían como La Bayamesa, salvó muchas vidas de mambises heridos gravemente en
combate, y se desempeñó asimismo como comadrona.
Los medicamentos los
fabricaba de la flora tradicional cubana, pues conocía los métodos para curar
las enfermedades comunes en la manigua, para las que encontraba el remedio
apropiado.
En las guerras por la
independencia se desempeñó como enfermera, mensajera, cocinera, labriega,
abastecedora y combatiente.
Máximo Gómez, General
en Jefe del Ejército Libertador, la ascendió a
capitana por sus extraordinarios
méritos al servicio de la Patria.
El 15 de marzo del
año 2002 fue inaugurado en Bayamo un conjunto monumentario que perpetúa su
memoria, el cual está ubicado en la carretera central vía Holguín, en el
reparto que lleva el nombre de la heroína.
Este proyecto tuvo entre
sus principales promotores a la destacada combatiente revolucionaria Vilma
Espín, quien siempre mantuvo el interés de profundizar, indagar y rescatar el
conocimiento sobre la vida y obra de Rosa la Bayamesa.
Fue entonces cuando
el escultor Alberto Lescay, ya vinculado a Bayamo por su trabajo en la Plaza de
la Patria, nos entregó el primer monumento ecuestre a una mujer realizado en
Cuba.
La pieza principal
fue fundida en bronce, y alcanza seis metros de alto, incluyendo la base,
presenta a la mambisa con machete, sombrero de yarey, turbante, y elementos
alegóricos a su labor como enfermera.
El conjunto
monumentario está compuesto por un armonioso espacio de áreas verdes, bancos,
pérgolas, una florería y cafetería, áreas que son atendidas por trabajadores de
la empresa de Servicios Comunales.
Además de ser un
monumento dedicado a esta gran mujer, el lugar está dedicado a la familia
cubana, para que sirva como un espacio para compartir y reflexionar.