LOS 15
Queridos amigos:
Recuerdo hoy cuando llegue a la penitenciaria de
Florence. Iba con una sentencia de vida a cuestas. Ingresaba en lo que algunos
reclusos llamaban “el cementerio de hombres vivos”. Muchos de los que allí conocí
estaban destinados a morir en esa u otra prisión del sistema federal. Sus
posibilidades en las cortes de lograr una fecha de salida eran nulas. Algunos
ya habían cumplido mucho tiempo encarcelados.
La violencia era el pan de cada día entre aquellos muros.
No era fácil encontrar a alguien lo que pudiéramos llamar normal y pacifico.
Casi todos arrastraban algún hecho violento en su record, fuera y dentro de la
prisión. Personas con desajustes mentales abundaban en aquel lugar.
Recuerdo, en algunas conversaciones con los más veteranos
entre las rejas, que varios decían que cuando se llegaba a los 15 años ya
comenzaban a aflorar los trastornos psicológicos y físicos, que nadie podía
aguantar tanto tiempo, que era cuando “la prisión es prisión”.
Y, bueno, hoy cumplimos nuestros 15 sin el menor síntoma
de locura ni el menor vestigio de pesimismo, todo lo contrario, cada día más
claros y creativos, cada día más optimistas y serenos.
Me atrevo a decir que recluso alguno jamás ha recibido la
cantidad de cartas que hemos recibido en este prolongado injusto encierro,
cartas llenas de hermandad y de amor, cartas de personas de todas las edades
desde todas las latitudes y en especial cartas de muchos niños, con su peculiar
manera de expresar su sincero cariño y su amor a la patria.
Las muestras de solidaridad no se han detenido ni han
disminuido desde que se dio a conocer nuestra situación al pueblo y al mundo.
La ruda vida en prisión me demostró que un hombre
inocente, con convicciones puras, querido por su pueblo y por muchos amigos,
jamás perderá su cordura ni dejara se quebranten su integridad y su moral, así
este en la celda más aislada en la que lo puedan poner.
Dijo el Apóstol de nuestra Independencia, José Martí: “Un
principio justo desde el fondo de una cueva puede más que un ejército”.
Nuestro eterno agradecimiento por su apoyo gigante y
constante, que nos hace ser resistentes y sentirnos libres.
Cinco abrazos fuertes.
!Venceremos!
Antonio Guerrero Rodríguez
11 de septiembre de 2013
Prisión Federal de Marianna.
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